La finalidad de este texto no es criticar la existencia de frases, libros o videos que nos inspiran y nos ayudan a ser mejores. A mí me gustan estos mensajes. Me han ayudado muchísimo y además, básicamente es lo que hago con La vida minimal.
Lo que en realidad quiero expresar es una verdad de la que pocas veces se habla y que es importante que la tomes en cuenta si recurres a este tipo de contenido.
Los mensajes motivacionales se sienten bien, nos conmueven, nos hacen reflexionar, nos inspiran, nos dan un boost de energía… pero nada más.
Son sólo el .01% de lo que necesitamos para vivir mejor. Son únicamente la semilla. Y como todos sabemos, una semilla no crece si no recibe los nutrientes necesarios para hacerlo.
Y hay un peligro con esto. La sensación de bienestar que nos dan estos mensajes puede hacernos creer que estamos cambiando, pero si no llevamos estas ideas a la práctica diaria, en realidad solamente estamos llenándonos de información mientras nuestra vida sigue exactamente igual.
Estamos sembrando un montón de semillas, pero nada está creciendo. Nada está cambiando.
Podemos leer una colección entera de libros de superación personal. Podemos incluso escribir una colección de libros de superación personal, pero si no VIVIMOS estas enseñanzas, nada tiene sentido.
Si crees que tengo un buen punto, si te identificas con lo que acabo de decir, entonces tal vez quieras leer algunas recomendaciones. Oops! ¿Más mensajes de motivación? Sí, pero quizás esto sea lo último que necesites leer por un buen tiempo. Espero.
Cómo pasar de la teoría a la práctica
Ya te imaginarás que lo que quiero decirte es que tenemos que dejar de consumir tantos mensajes motivacionales y en lugar de eso empezar a aplicar lo que hemos aprendido de esas frases, libros o videos.
Y hablo de “nosotros” porque estamos juntos en esto. Yo también tengo este problema y estoy trabajando en cambiarlo.
Esto es lo que yo estoy haciendo y que te invito a intentar:
1. Pon en pausa el consumo de mensajes por un tiempo
No significa que ya no debas inspirarte nunca más, al contrario, pienso que uno jamás debería dejar de nutrirse de este tipo de enseñanzas. Simplemente te invito a que por un mes (o el tiempo que consideres adecuado) abandones libros, artículos, videos, etc. con la intención de que puedas concentrarte exclusivamente en aplicar lo que ya sabes.
2. Elige una sola cosa que quieras practicar
Otro problema con los mensajes motivacionales es que dispersan nuestro enfoque. Nos hacen sentir que tenemos que cambiar un montón de aspectos de nuestra vida y eso nos paraliza. Mejor concéntrate en un solo hábito que quieras practicar. ¿Quieres alimentarte mejor? ¿Practicar la gratitud? ¿Reducir tu impacto ambiental? ¿Ser más enfocada? ¿Depurar pertenencias? ¿Consumir menos? No importa lo que elijas, enfócate en eso. Lo demás déjalo de lado. (Como quiera, al final todo nos lleva exactamente al mismo lugar).
3. Observa tus comportamientos con atención
Ahora sí, es momento de practicar. Empieza por darte cuenta de cómo eres. Observa con atención las decisiones que tomas, desde las más pequeñas (y aparentemente insignificantes), hasta las más grandes. Fíjate especialmente en las conductas relacionadas con lo que estás intentando cambiar. ¿Qué circunstancias te resultan favorables? ¿Qué hábitos o patrones de comportamiento te alejan de tu objetivo? No te juzgues, simplemente observa con curiosidad y amabilidad.
4. Toma decisiones diferentes
Einstein dijo “Si esperas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Esta es la clave de todo. Lo sé, no es fácil. Pero podemos empezar poco a poco. Una vez que hayas observado tus patrones habituales, empieza a tomar decisiones diferentes según lo que hayas decidido practicar. Por ejemplo, si decidiste practicar la compasión, intenta ver qué pasa si en lugar de quejarte o criticar a las personas que te rodean, decides actuar con aceptación y amor. Es difícil, pero sólo así surgen los verdaderos cambios. Aplica lo mismo para cualquier aspecto que quieras cambiar: salud, productividad, gratitud, impacto ambiental, finanzas personales, asertividad, etc. Toma decisiones diferentes, momento a momento.
5. Combina la paciencia y la disciplina
Intenta ser paciente contigo y con el proceso. Va a ser incómodo, va a ser retador, va a tomar tiempo, pero vas a estar bien. Sé paciente, trátate bien. Estás intentándolo, vas por buen camino. Si te caes, no desistas, vuelve a intentarlo y listo. Por otro lado, procura actuar con disciplina. No abandones tu propósito, recuérdalo cada día, cada hora, cada minuto. Haz un esfuerzo, ve más allá. Permítete incomodarte, pero regálate amor.
Estas son mis recomendaciones. Te invito a intentarlo después de cerrar esta ventana. Tú decides entre seguir leyendo más y más mensajes motivacionales o empezar a actuar y tomar decisiones para realmente vivir eso que quieres vivir.
gran punto. Al final lo que vale es el actuar. He pasado la última parte de mi vida leyendo y leyendo, pero sigo igual, intento pero al primer error ya me rindo. Creo que a partir de ahora seguiré con el actuar.
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Me encantó.
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Wooow qué mensaje tan acertivo, mil gracias!
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Me agrada muchos este tema. Debo leerlo y releerlo y ponerlo en práctica. Es de lo más motivador que he escuchado. Gracias.
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