Retiro de silencio para el corazón

La vida acelerada,
el trabajo, la pandemia,
los conflictos en las relaciones
y el automatismo de la rutina
nos van drenando poco a poco.

Olvidamos qué es lo importante,
olvidamos nuestro propósito,
olvidamos valorar lo que tenemos,
olvidamos cuidar de nosotros mismos.

Por eso es necesario hacer
un e s p a c i o intencional
para conectar
con lo más profundo que hay
en nuestro corazón.

Para recordar por qué estamos aquí.

Esa es la intención detrás del
Retiro de Silencio para el Corazón
que ofreceré este 5 de diciembre.

Se trata de una experiencia
de 4 horas para desconectarte
de los quehaceres automáticos
y de la saturación digital.

Y en cambio, dedicarte
a despertar el corazón
a través del silencio,
la meditación, la reflexión
y la escucha.

Realizaremos distintos ejercicios
de compasión, bondad amorosa,
gratitud y mindfulness.

El retiro es este domingo
5 de diciembre de 2021
de 9:00 AM a 1:00 PM
(hora central de México)
*acá puedes ver a qué hora empieza en tu ciudad*

El precio es de $30 dólares

Puedes verlo como un regalo para ti.

¿Te unes?

¿Quién eres cuando no eres tú?

Si te pregunto ¿quién eres?

Tal vez me dirás tu nombre, me describirás tu personalidad y me contarás acerca de tu rol profesional y familiar.

Pero ¿quién eres realmente?

¿Quién eres más allá del nombre que te pusieron tus padres?
¿Quién eres más allá de la personalidad que te has construido?
¿Quién eres más allá de tu profesión?
¿Quién eres más allá de tu rol familiar?

Estas preguntas son muy importantes, déjame te cuento por qué:

Si prestamos atención, descubriremos que gran parte de nuestros conflictos internos y externos tienen su raíz en el hecho de que nos identificamos excesivamente con eso que creemos ser.

Soy Pedro
Soy introvertido y creativo
Soy escritor e instructor de mindfulness 
Soy esposo, hijo, nieto

Todo el tiempo estamos interpretando un personaje y tratamos de hacerlo lo mejor posible, defendiendo a capa y espada lo que ese personaje representa.

Y eso puede ser cansado.

Es cansado ser Pedro
Es cansado ser introvertido y creativo
Es cansado ser escritor e instructor de mindfulness
Es cansado ser esposo, hijo, nieto

No me malinterpretes, me gusta ser Pedro. Y estoy seguro de que a ti te gusta ser tú.

Lo que intento explicar es que si nos tomamos demasiado en serio el personaje que nos hemos inventado, nunca encontraremos paz profunda y verdadera, porque el personaje siempre quiere más. El personaje necesita hacer, hacer y hacer, para demostrarse a sí mismo que es real.. y que es valioso.

Pero no necesitas ser un personaje para ser una persona valiosa. Eres valiosa sólo por existir.

Así que hoy quiero invitarte a que te tomes una pausa para ir más allá de tu personaje. Date permiso de parar y dedícate a descubrir lo que eres en realidad.

Regálate la oportunidad de quitarte el disfraz que te has bordado en la piel para descansar en la desnudez de tu esencia más pura.

¿Y cuál es tu esencia más pura?

Eso solamente tú lo puedes descubrir. Pero aquí te va una pista: la respuesta no se piensa, se siente.

Me despido con un abrazo. Esa parte de mi que no es un personaje, le manda un abrazo a esa parte de ti que tampoco es un personaje.

Con cariño,
¿Pedro?

***

Invitación: Si quieres regalarte una pausa para estar en silencio y en quietud una mañana completa, tal vez te interese participar en el mini-retiro de silencio en línea el próximo domingo 21 de noviembre. Acá puedes ver toda la información.

Masaje de silencio para el cuerpo

Quiero regalarte una meditación guiada llamada Masaje de silencio para el cuerpo. Es un ejercicio de mindfulness que puede traerte mucha paz y relajación.

Además quiero invitarte a una experiencia muy especial que tendremos este domingo 24 de octubre.

Será un pequeño retiro de silencio 4 horas en línea en el que podrás disfrutar de la calma y la introspección que traen consigo el silencio y la atención plena.

Nos conectaremos por Zoom para hacer distintas prácticas de mindfulness en las que podrás experimentar:

  • Una pausa del mundo acelerado
  • Desconexión de las pantallas
  • Conexión con el momento presente
  • Quietud y tranquilidad
  • Unidad con tu cuerpo y tu respiración
  • Tu propia compañía

Yo iré guiando las prácticas momento a momento y tendremos espacio para compartir dudas y reflexiones.

El mes pasado hicimos este mismo retiro en la comunidad en Patreon y este es el testimonio de uno de los participantes:

Fue una experiencia completamente nueva en donde pude estar presente. No necesite más que mi propia compañía. A muchos nos aterra el silencio, pero éste puede ser reconfortante y sanador. El retiro me ayudó a hacer las paces con el silencio.

Aldair Sánchez

¡Aún estás a tiempo de sumarte a esta experiencia!

Para ver toda la información e inscribirte, visita esta página.

Ahora sí, te dejo la meditación Masaje de silencio para el cuerpoguiada por mí.

¡Espero que la disfrutes!

El buzo y el mar

cada persona es un buzo y un mar

el mar es su mundo interior,
sus emociones y pensamientos

el buzo es su capacidad 
de introducirse en ese mundo

el mar y el buzo no son estáticos,
cambian constantemente
según las circunstancias

hay mares agitados y mares apacibles
mares de agua turbia y mares de agua clara

hay buzos curiosos y buzos asustados
buzos experimentados y buzos novatos

hay buzos que conocen su mar a la perfección
hay buzos que jamás han tocado el agua

cada quien deberá encargarse 
de su mar y de su buzo

no podemos empujar buzos al agua
no debemos compararnos con otros navegantes

aprende a bucear a tu propio ritmo
haz lo que tengas que hacer
pero procura no irte de este mundo
sin antes haber descubierto
las maravillas que hay en el fondo del océano.

¿Te gustaría investigar tu mundo interior a través de la meditación mindfulness?

¡Únete a nuestra Comunidad de Meditación y Reflexión!

El problema no es mi enojo, sino mi odio

Estoy aprendiendo a diferenciar mi enojo de mi odio.

El enojo es una emoción que intenta comunicarme algo. 
El odio es una historia que me hace daño.

El enojo surge para decirme cosas como:

Esto me importa
Esto es injusto
Aquí hay que poner un límite

El odio teje ideas en mi cabeza:

Esto no debería estar pasando
Esta persona me choca
Si la hago sentir mal, seguro se dará cuenta de su error

El enojo es emocional y espontáneo.
El odio es intelectual y repetitivo.

El enojo es una ola que me sacude.
El odio es un pantano que me carcome.

Se requiere atención para notar la diferencia.

Cuando observo mi enojo y lo digiero con sabiduría, la cosas casi siempre terminan bien.

Cuando lo reprimo, o me dejo dominar por él, el enojo se convierte en odio. Y las cosas casi siempre terminan mal (o no terminan nunca).

También he descubierto que es importante reconocer de dónde viene el enojo para saber qué hacer con él.

  • Si viene del egocentrismo (de creer que soy más importante que los demás o que mi visión es la única correcta), lo mejor es respirar y soltar. Este enojo no es nutritivo. Vale más sentirlo y dejarlo ir sin hacerle mucho caso.
  • Si viene del miedo (de sentirme atacado o vulnerable) trato de identificar qué es lo importante. El enojo que viene del miedo me indica que algo me importa. En este caso procuro regalarme un trato amable mientras dejo que el enojo cese. Prefiero entregarle energía a lo que es valioso para mí en lugar de desperdiciarla en una amenaza imaginaria.
  • Si viene de una necesidad no cumplida (de un profundo deseo de sentirme en paz), intento enfocarme en esa necesidad y expresarla de la manera más clara posible.
  • Si viene del amor por algo más allá de mí (de un interés genuino por crear justicia y equilibrio), entonces tomo el enojo como fuente de inspiración. Este enojo es energía que puedo transformar en acciones beneficiosas.

Entonces el problema no es mi enojo, sino mi odio.

El odio es enojo no procesado, enojo reprimido. El odio es lo que me hace sufrir a mí y a quienes me rodean. El odio es lo que se roba mi paz mental. El odio es lo que me hace reaccionar de formas no saludables.

El odio se manifiesta de formas sutiles.

Una queja interna, maliciosa y nociva acerca un familiar que no hace las cosas como yo creo que debería hacerlas… eso es odio.

Pero el odio tiene tratamiento. Lo que hago es observarlo y dejar de alimentarlo. No involucrarme con él. No darle muchas vueltas. No echarle más leña al fuego.

Y de ser posible encamino mis pensamientos a lugares más bellos: al amor, a la compasión, a la generosidad, a la ecuanimidad.

Estoy aprendiendo a diferenciar mi enojo de mi odio. Porque sólo así seré capaz de vivir en paz conmigo mismo, con mi entorno y con la vida.

Se requiere de paciencia, práctica y mucha autobservación. La meditación ayuda mucho.

Ahora te pregunto:

¿Puedes diferenciar tu odio de tu enojo?
¿Puedes notar de dónde vienen tus enojos?
¿Qué intentan decirte?
¿Cómo podrías construir una relación más sana con tu enojo?
¿Qué puedes hacer con tu odio para erradicarlo de tu mente?

Escucha el episodio de mi podcast donde leo este texto y además hablo un poco más al respecto.

Tu momento de meditar

Seguiré insistiendo en que uno de los mejores hábitos que podemos formar es el de la meditación.

También insisto en que la meditación mindfulness no es algo que hacemos para relajarnos o sentir bonito. Es algo que hacemos para entrenar nuestra capacidad de regresar al aquí y al ahora.

Cuanto más meditamos, más presentes estamos en nuestra vida y cuanto más presentes estamos en nuestra vida, mejor la vivimos. ¡Ese es el punto!

Si quieres establecer el hábito de sentarte a meditar diariamente, quiero proponerte algo:

Establece TU MOMENTO del día para meditar y trata de respetarlo.

Este momento no siempre es el mismo para todas las personas. Hay quienes prefieren meditar en la mañana al despertar, hay quienes prefieren después de alistarse para empezar el día, hay quienes prefieren cuando termina la jornada de trabajo y hay quienes prefieren antes de dormir. No importa la hora, lo que importa es que funcione para ti.

Procura elegir un momento en el que:

  • Sea más probable que lo cumplas
  • Sea menos probable que algo o alguien te interrumpa
  • Te sea fácil mantenerte despierta/o

Cuando elijas tu momento, apégate a él. Medita todos los días y ve descubriendo cómo esto cambia tu vida poco a poco. No busques resultados en la sesión de meditación, sino en tu vida cotidiana, momento a momento.

Entonces ¿qué momento del día será TU MOMENTO?

Escógelo, abrázalo y no dejes que nada te lo quite.

Y claro, si por alguna razón se te pasa meditar en tu momento, siempre puedes meditar en otro momento. Vale más meditar a la hora que sea que no meditar en lo absoluto ¿o no?

Si quieres más consejos para meditar, te invito a escuchar el episodio de mi podcast titulado…

Habla como un Buda

Con gusto les comparto la grabación de la clase Habla como un Buda que tuvimos el día jueves 15 de julio de 2020.

Me siento muy contento y agradecido de poder compartir este tema y sobre todo, me siento entusiasmado por el gran interés que genera.

Eso quiere decir que habemos muchas personas interesadas en mejorar nuestra manera de comunicarnos. Y por ende nuestras relaciones. Y por ende nuestra vida. Y por ende la vida de los demás.

Aprovecho para mostrarles una diapositiva que resume los puntos más importantes de la clase

Si te quedaste con ganas de seguir reflexionando acerca de este tema y además practicar el habla sabia con más personas, te invito a que te unas a nuestra Comunidad de Meditación y Reflexión en Patreon con sólo $5 dólares el mes.

El resto de julio seguiremos practicando con este tema y el reto de la semana que comienza el próximo lunes es: No hablar de nadie que no esté presente.

Puedes unirte aquí.

¡Espero que hayas disfrutado la clase!

Ver la vida con nuevos ojos: Entrevista a Dani Sanz

Dani Sanz es electrónico industrial especializado en programación y robótica aplicada al ámbito educativo. Es creador de Juegos Robótica, una plataforma educativa online para docentes y padres que quieran poner a sus alumnos o hijos en contacto con la programación y la robótica educativa.

Dani lleva 6 meses practicando meditación y es parte de la comunidad de Meditación y Reflexión de Meditantes.

En esta entrevista nos habla acerca de los cambios que ha notado en este tiempo que lleva practicando, así como de su rutina de meditación.

¿Qué cambios has notado en tu vida desde que meditas?

El mayor cambio radica en cómo veo a las personas que me rodean. Estoy aprendiendo a no juzgar a nadie y es muy liberador tener una percepción neutra de las personas a mi alrededor o incluso empatizar sin siquiera conocerles, deseándoles lo mejor.

He conseguido prestar más atención a la persona con la que estoy conversando, algo que sabía que tenía que trabajar, lo mismo que la paciencia. Ahora me noto más tranquilo, más atento y soy capaz de escuchar mejor.

Tengo un negocio propio, lo cual puede provocar días de euforia cuando todo va bien o grandes decepciones cuando todo va mal, pero ahora puedo relativizar más los éxitos y los fracasos, y aunque siempre me va a afectar la marcha de mi proyecto, ya no tengo los cambios emocionales que tenía antes.

Ahora presto más atención a todo en general, a los que me rodean, a mi familia y a mí mismo. Esa atención ha acabado confirmando que percibo los días como si tuvieran más horas. Cuando acaba el día no me da la sensación de que el tiempo se ha ido volando sin saber cómo.

Me cuesta distinguir si estos cambios se deben directamente a la meditación o más bien a las conversaciones que vamos teniendo en la comunidad y las lecturas que he completado alrededor de estos temas. Creo que es un conjunto de todo y no debe tomarse únicamente como efecto de la meditación.

Haces mucho énfasis en la forma en la que te relacionas con los demás desde que comenzaste con tu práctica, ¿qué otros cambios has observado?

Tengo un trato más amable hacia los demás y supongo que los demás pueden notarlo y a la vez son más amables conmigo. Al mostrar atención a lo que los demás me quieren transmitir y no juzgar, todo fluye y mejora.

Además he conseguido no alterarme cuando un desconocido toma una acción que antes me perturbaba, ahora sencillamente pienso que puede que tenga algún motivo para hacer eso y puedo estar más tranquilo.

Creo que soy capaz de entender mejor a mi familia, amigos y compañeros, pero principalmente porque presto atención de verdad a lo que quieren decirme.

En general me apetece más estar con otras personas.

Cuéntanos acerca de tu rutina de meditación, ¿qué es lo que haces normalmente?

Trabajo desde casa, lo cual me permite meditar a lo largo de la mañana. Me parece que si medito demasiado temprano no aprovecho todos los efectos positivos que me proporciona, por lo que lo que prefiero hacerlo a media mañana. Esto me ayuda a «bajar revoluciones» si me he empezado a acelerar con el trabajo.

Me siento en el suelo elevándome con una simple caja de cartón y un cojín.

Aunque suelo fijar un tipo de meditación diferente para cada ocasión, siempre empiezo haciendo un escaneo corporal y concentrando mi atención en la respiración o los latidos del corazón si los noto con claridad.

Cada vez más, lo hago con los ojos abiertos enfocándome en algún objeto concreto y me da la sensación de que consigo enfocarme mejor en la práctica que cuando tengo los ojos cerrados donde en ocasiones es más fácil que me vengan todo tipo de pensamientos.

Suelo practicar por 15 minutos, pero algunas veces me propongo meditaciones de hasta 30 minutos, que para mí son completamente distintas.

Con suerte y según vaya el día, hago otra práctica al final de la tarde, aunque es algo excepcional. Lo que sí intento es meditar en mis paseos diarios, aunque reconozco que no tiene nada que ver con la práctica en quietud.

¿Qué te motivó a empezar a meditar?

Desde hace muchos años leía a personas de diferentes ámbitos que aconsejaban meditar y quería probarlo, pero supongo que no se daban las circunstancias adecuadas. Finalmente, a finales de 2020 me hice el propósito de meditar durante todo 2021 para poder valorar por mí mismo los efectos de la práctica.

Aunque pueda sonar un tanto extraño intuía que la meditación podía llevarme a ralentizar la percepción del tiempo que es algo que siempre me ha llamado la atención.

Felizmente la oportunidad de la comunidad de Meditantes apareció en el momento justo y fue perfecto para no demorar más ese propósito en el que estoy actualmente.

¿Algún consejo le quieras dar a alguien que tenga ganas de empezar a meditar?

Lo mejor es empezar, eso sin duda, pero creo que el mejor consejo es que alguien que esté empezando tenga alguna persona que le pueda guiar.

Pienso que algo muy importante al principio es construir el hábito más que la propia práctica. Acostumbrarse a parar conscientemente unos minutos al día, cada día, sin necesidad de meditar, simplemente no haciendo nada. Una vez construido ese hábito (que puede ser más difícil de lo que parece), seguro que es más fácil empezar a meditar. Primero 3 minutos, luego 5 o quizá 10… no hay prisa.

Lo mejor de esta práctica es que no hay que llegar a ningún sitio y por lo tanto no hay que correr, más bien todo lo contrario. Es como un viaje que no quieres que se acabe.

Si deseas saber más acerca de Dani Sanz y sus proyectos, visita su página.

¡Cuida tu manera de hablar!

La forma en la que hablamos impacta la forma en la que nos sentimos.

  • Cuando nuestra comunicación es pasivo-agresiva, poco clara, poco honesta e inoportuna, tendemos a sentirnos mal después de hablar, con cierto remordimiento. Incluso las consecuencias de este tipo de comunicación suelen ser situaciones que nos generan aún más intranquilidad.
  • Cuando hablamos con la verdad, con una buena intención, usando las palabras adecuadas en el momento adecuado, tendemos a sentirnos más en clama, con paz mental y sin arrepentimientos. Además, los resultados de una comunicación con estas características casi siempre son los más óptimos.

También ocurre lo contrario:

La forma en la que nos sentimos afecta la forma en la que hablamos.

  • Si sentimos odio, frustración, envidia, miedo, agitación, etc. (y no lo procesamos de forma saludable) lo más seguro es que nuestra comunicación sea dañina, inoportuna, poco clara y cero propositiva.
  • Si sentimos paz mental, calma, confianza, compasión y benevolencia, lo más probable es que nuestras palabras resulten sabias, beneficiosas y asertivas.

La relación hablar-sentir y sentir-hablar conforman un círculo vicioso o virtuoso, según sea el caso.

Por eso es de gran importancia cuidar y vigilar ambas dos cosas:

  • Nuestra comunicación
  • Nuestro estado mental

Practicar un habla correcta (hablar con la verdad, con claridad, con buenas intenciones y sin chismes) hará que nuestra mente se sienta en paz.

Practicar herramientas que nos ayuden a cultivar paz mental (como la meditación) contribuirá a que nuestra habla sea beneficiosa para nosotros y para quienes nos rodean.

Este mes quiero invitarte a practicar esto en nuestra comunidad de meditación y reflexión. El tema de julio será Hablar con sabiduría.

Tendremos:

  • Una clase básica de teoría (grabada en audio y video) basada en el libro How to communicate like a buddhist de Cynthia Kane
  • Retos y ejercicios para practicar y meditar
  • 4 encuentros por Zoom para reflexionar en comunidad

Puedes unirte con sólo $5 dólares (es una membresía mensual) y quedarte el tiempo que quieras. Además podrás disfrutar el contenido de los meses anteriores.

Si deseas sumarte a nuestra comunidad, puedes hacerlo acá abajo.

Y si necesitas saber más información para decidirte, te invito a que escuches este episodio del podcast donde hablo con más detalles acerca de la comunidad.

Espero verte por allá, me encantará conocerte y que conozcas a la comunidad.

Soltar el futuro y agradecer el presente: Entrevista a Ingrid Zea

Ingrid es creadora del proyecto Wakeup Cuerpo-Mente, dónde invita a las personas a practicar mindfulness a través de la consciencia corporal, el movimiento y el baile. También es parte de la comunidad de Patreon de Meditantes.

En esta entrevista nos cuenta cómo la meditación le ha ayudado a descubrirse a ella misma, a sobrellevar los pensamientos acerca del futuro y a relacionarse mejor con su familia.

¿Cómo es tu práctica de meditación? ¿Qué es lo que haces normalmente?

Es un momento para mí. Un momento para encontrarme y bajar mis revoluciones. Un espacio para descubrir mis propias respuestas, aceptarme y regalarles a mi cuerpo y a mi mente un poco de calma.

Lo que practico es mindfulness, que para mí es mucho más que una meditación. Es una filosofía, una forma de ver y sentir la vida.

Cuando medito, me siento con las piernas cruzadas, la espalda erguida, las manos en las rodillas y cierro los ojos para empezar a enfocar mi atención en mi respiración. Dependiendo del día incorporo la atención a mi cuerpo, pero en muchas otras, simplemente dejo que aparezca lo que está ahí esperando a ser escuchado.

Hay días donde todo está muy calmado, pero hay otros donde en segundos, desde la segunda respiración consciente, ¡guauuu! salen las emociones a flor de piel y uso ese momento para dejarlas salir con la intensidad que vengan. Todo esto pasa mientras sigo respirando conscientemente, sólo sintiendo.

Algo que me gusta hacer durante mi práctica es reflexionar. No es algo que fuerce, sino que al estar atenta al momento presente y a lo que me está pasando, puedo conectar las emociones con los pensamientos, las situaciones o las personas que han gatillado eso, y así puedo ir más profundo, descubriendo cosas.

También practico de manera activa mientras cocino, lavo los platos o manejo. Al ser labores tan mecánicas tengo espacio para darme cuenta de lo que estoy pensando. Así puedo observar si estoy en el futuro o si me quedé enganchada en algo que pasó y que necesito entender, aceptar y dejar pasar. 

Otras veces uso mis actividades cotidianas para practicar la gratitud. Por ejemplo, si tengo que barrer uso el momento de barrer para estar presente y darme cuenta de todo lo que tengo que me permite barrer: un cuerpo, flexibilidad, coordinación, una casa, ojos para mirar que mi sitio necesita ser limpiado.

¿Qué te motivó a empezar a meditar?

Necesitaba bajarle las revoluciones a mi mente que no paraba de pensar en el futuro y en todos los posibles escenarios, casi siempre negativos. 

Esta mecánica de mi mente se activaba cuando estaba de por medio la salud de mi hija. En el afán de querer verla siempre sana y que no le pasara nada, al primer indicio de que podría estar enferma se activaba este mecanismo de ¿y ahora qué está pasando? ¿qué va a pasar? ¿qué debes de saber Ingrid? ¿qué cosas tienes que tener bajo la manga para darle solución y reaccionar prontamente? 

Un pensamiento gatillaba otro y otro, y no paraba. Eso al final me hacía tener niveles altos de estrés y sufrir en el proceso, sin saber si todas mis ideas sobre la salud de mi hija se iban a cumplir o no.

Fue así que un día en mi auto me di cuenta que eso me estaba pasando. Encontré un curso de yoga y mindfulness para principiantes y decidí meterme. Ahí pude encontrar la manera de entrar en contacto con mi mente de forma amorosa, calmada, sin juzgarla y sin tener que controlarla. Aprendí que es posible comprenderme mejor y sentirme en paz, plena y feliz.

¿Qué cambios has notado en tu vida desde que meditas?

Desde que medito soy más libre, porque he aprendido que la vida no la puedes controlar, que para vivirla y disfrutarla es necesario valorar el momento presente venga como venga.

Me enfoco en el hoy mucho más que antes. Antes no vivía, estaba sentada esperando a que mi futuro se cumpliera y dejaba de sentir, de expresar, de gritar, de llorar. 

Vivo con menos expectativas, suelto y confío mucho más en los procesos de mi vida, en la vida misma.

Me juzgo mucho menos y soy más compasiva conmigo, con mi cuerpo, con mis emociones y con mis pensamientos.

Aprendí a disfrutar el caos, a no querer controlarlo o mejorarlo, sino a vivirlo en los días que me toca y seguir. Agradezco absolutamente todo, evitando poner etiquetas, dejando que simplemente sea.

¿Cómo consideras que la meditación ha beneficiado la manera en la que te relacionas con otras personas?

He aprendido a aceptar a las personas como son, sin encasillarlas en mis deseos, expectativas, en mis deberías. Esto me ha ayudado especialmente en mi relación con mi esposo.

Puedo comunicarme mejor, escuchando sin juzgar. En la ida y vuelta de palabras, evito imponer, sino que trabajo las cosas desde la comprensión y la necesidad que tiene cada parte. Esto me ayuda mucho y lo aplico con mi esposo, con mi hija, con mi familia.

Procuro enfocarme en lo positivo, en lo que sí hay, en lo que existe hoy con cada persona que me relaciono.

Soy capaz de hacerme responsable y dejar el victimismo. Me enfoco en lo que estoy haciendo, diciendo, dando o no dando en cada relación y asumo lo que venga con eso, en vez de echar la responsabilidad a otros de lo que me pasa a mí. Esto me ha ayudado a empoderarme más, a tomar decisiones y acciones más rápidas y muchas veces más drásticas que me dan paz y me ayudan a equilibrar mis energías. A nivel laboral esto me ha servido muchísimo.

La meditación me ha ayudado a reaccionar menos y responder más y mejor. Me pasa especialmente con mi hija, cuando mi paciencia se agota.

¿Algún consejo le quieras dar a alguien que tenga ganas de empezar a meditar?

No le tengas miedo a la quietud y a encontrar calma. Ábrete a la experiencia quitando expectativas. Permítete sentir lo que salga. No te exijas tiempos, ni frecuencia, deja que tu mejor indicador sea cuando sientas ganas de sentirte en paz. No te juzgues a ti ni al momento. Deja que todo lo que aparezca en la meditación fluya con amor y con ganas de darte ese tiempo que te mereces para conocerte.

Cada día se aprende, cada día es un desafío. Va a haber momentos donde tu mente vuela a mil y reaccionas en vez de responder. Pero la clave es que no hay perfección, sino que ésta se construye día a día, cayéndote, levantándote y dándote cuenta. Ahí esta el tesoro. Si te das cuenta, puedas decidir qué hacer y cómo hacerlo. Cuando no nos damos cuenta de pensamientos, emociones, acciones, no hay opción al cambio, es como si estuviéramos dormidos o zombies. El despertar es maravilloso, y lo mejor es cuando despiertas, cuerpo, mente y ser.

Para conocer más acerca de Ingrid, puedes visitar su perfil de Instagram y su canal de Youtube.