El minimalismo no es la meta,
es el camino.
No eres minimalista cuando tu casa luce de cierta manera. O cuando logras tener la mínima cantidad de pertenencias. Eres minimalista cuando tu forma de ver la vida ha cambiado. Cuando te has dado cuenta que existe una mejor manera de vivir: más simple, con más libertad, más amor, más calma, menos apegos, menos consumo y menos distracciones.
Una vez que sabes eso y decides hacer los cambios necesarios en tu vida, lo demás no importa tanto. Puedes cambiar poco a poco, puedes empezar por donde gustes, puedes equivocarte, puedes detenerte, puedes simplificar a tu propio ritmo.
Empieza firme, pero no sientas prisa. Recuerda que no hay un destino al cual llegar. No es una competencia. Es tu vida, tu minimalismo y tu propia manera de vivirlo.
El minimalismo no se vive de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera.
Me encanto esta corta pero motivadora reflexión. Recientemente acabo de empezar a informarme y conocer acerca del minimalismo. Vi un documental en Netflix y me motivó a cambiar mi forma de pensar pero de inicio sentí que me iba a costar demasiado ser un minimalista como los que aparecen en el documental, pues es algo que me impacte solo a mi, sino a mi esposa y dos hijos. Sin embargo al leer esto me siento motivado, ya que en estos dos últimos días me he frenado de adquirir un par de posesiones que en otra oportunidad no hubieras dudado en comprar, creo que el minimalismo ha empezado a causar un efecto en mi, un paso a la vez.
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Buen post 🙂☘
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Destaco que hemos llegado a la misma conclusión amigo mío. Precisamente creo que lo maravilloso de esto es que le demos un propósito trascendente a nuestras vidas. Te mando un abrazo desde México
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