La auto-confrontación es incómoda. No es fácil mirarse el espejo y preguntarse:
¿Estoy viviendo la vida que quiero vivir?
¿Lo que hago tiene sentido?
¿Le estoy dedicando mi tiempo a las cosas que valen la pena?
¿Mis hábitos me ayudan a ser mejor persona?
¿Cuáles son mis valores? ¿Los estoy siguiendo?
Cuando nos hacemos este tipo de preguntas y nos respondemos con honestidad nos damos la oportunidad de tomar el volante de nuestra vida y girarlo hacia una mejor dirección.
El minimalismo es auto-confrontación y la auto-confrontación es crecimiento.
· Cuando depuramos nuestras pertenencias, confrontamos nuestros apegos.
· Cuando dejamos de comprar cosas innecesarias, confrontamos nuestros deseos.
· Cuando eliminamos distracciones, confrontamos nuestros malos hábitos.
· Cuando hacemos cambios en nuestra vida, confrontamos nuestros miedos.
Definitivamente nada de esto es fácil, pero nada que sea demasiado fácil nos hace crecer realmente.
Si sientes que no estás en el lugar correcto, quizás es tiempo de auto-confrontarte. Esto posiblemente no te llevará aun lugar más seguro o más cómodo, pero sí a uno con más sentido.