Imagina que de repente todas las personas del mundo se volvieran minimalistas y dejaran de comprar cosas que no necesitan.
Muy probablemente la economía mundial colapsaría. Muchas empresas dejarían de existir, miles de empleos se perderían. Todo se iría a la quiebra.
No suena a algo agradable. Sin embargo pienso que esto sería sólo una etapa de un gran cambio, en el cual:
· Sólo existirían empresas con sentido, empresas que generen valor real y no se centren únicamente en generar riqueza monetaria.
· Sólo se fabricarían y se venderían cosas que realmente se necesitan. Desaparecerían los productos chatarra. Todos los recursos se destinarían a crear productos de calidad que en verdad cumplan un propósito.
· Las ciudades dejarían de tener panorámicos publicitarios y podríamos ver el paisaje.
· Todos los empleos tendrían un verdadero fin y tendrían una paga justa. Se valoraría el trabajo por lo que aporta a la humanidad y no por cuánta ganancia económica pueda generar.
· Habría menos contaminación, menos comparaciones, menos competencia y más (mucho más) sentido humano.
El cambio sería duro y difícil, pero ¿qué transformación que merezca la pena no lo es?
Ya no solo adoptar este estilo minimalista, concienciar y actuar de manera más sencilla y beneficiosa para todos debería ser Ley de Vida 😉
Al menos, ser respetuosos con nosotros mismos primero, para después poder serlo con lo demás.
Un abrazo Pedro.
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estoy muy de acuerdo
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Seria un gran cambio para mejorar la calidad humana……
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