En la superficie, pareciera que el minimalismo consiste únicamente en tener pocas cosas materiales. Sin embargo, el trasfondo de este estilo de vida va mucho más allá de solamente depurar nuestros espacios.
Podríamos decir que existen 3 capas del minimalismo. Y entre más profundicemos en ellas, más será el valor que esta filosofía aportará a nuestra vida.
Primera capa: menos posesiones
Esta es la capa visible. La punta del iceberg. Consiste en vivir felices y satisfechos teniendo menos posesiones. ¿Cómo? Deshaciéndonos de todo lo que no usamos o no suma valor a nuestra vida y quedándonos sólo con lo más importante.
Esta capa nos da beneficios prácticos como más espacio, más orden, menos distracciones y menos estrés.
Podemos llegar a ella a través de sesiones de depuración, una técnica que se resume en revisar cada uno de nuestros espacios y asegurarnos de eliminar todo aquello que no cumple un verdadero propósito.
Segunda capa: menos deseos
Después de tener menos, sigue querer menos. Esto significa extinguir esa necesidad incesante de querer más. Llegamos a esta capa cuando aprendemos a cuestionar nuestros deseos y a entender cuáles son verdaderos y cuáles son simplemente impulsos o formas de llenar una carencia emocional.
Esta capa puede ayudarnos vivir con mayor satisfacción, gastando menos dinero. Incluso puede darnos la oportunidad de tener un trabajo donde ganemos menos, pero que nos haga más felices.
Una buena técnica para llegar a esta capa es la gratitud. Una herramienta que consiste en crear hábitos y rutinas para agradecer de manera consciente las cosas que tenemos en nuestra vida.
Tercera capa: menos apego
La capa más profunda del minimalismo es el desapego. Aceptar que la felicidad pura radica en nuestro ser y no en cosas externas. Debemos reconocer que nada nos pertenece: ni las cosas, ni las personas, ni nuestro trabajo, ni la naturaleza, ni nada. En otras palabras, es aprender a quitarle el “mi” o el “mío” a las cosas. Todo es transitorio. Todo es parte de algo más grande que nosotros mismos.
El desapego puede ayudarnos a vivir con mayor libertad y aceptación. Podemos perderlo todo y aún así seguir siendo felices.
Para llegar a esta capa se necesita un involucramiento más profundo en nuestra espiritualidad. Sentarnos a meditar para descubrir nuestro “yo consciente” y liberarnos del ego, puede ser el primer paso que nos lleve al verdadero significado del minimalismo.